Debajo de la enorme piedra que hay
cerca de la playa, habitan felizmente una familia de enanos de jardín. Su
historia es una historia curiosa que ellos cuentan siempre que alguien
esté dispuesto a oírla. Provienen de un vergel de la Provenza, se les
nota el acento francés a kilómetros, y están aquí porque fueron liberados por el FLEJ o
más comúnmente conocido como el Frente de Liberación de Enanos de Jardín, muy activo en el país vecino. Tras
una ardua travesía sorteando cazadores de enanos prófugos, torcaces asesinas de
cuello verdoso y otros muchos peligros que acechan constantemente a los seres
de su reducido tamaño, llegaron al menhir, al tótem, al símbolo fálico que
representa la fecundidad en mi pueblo. Llegaron dos y ya son dieciséis. Viven
felices tocando la mandolina, cazando y criando camarones autóctonos. De vez en cuando van al cine el día del espectador.