jueves, 5 de octubre de 2017

Las doce vírgenes 1

INTROITO

1
estólido, da.
(Del lat. stolĭdus).
1.  adj. Falto de razón y discurso.

Bárbara o Bolseras y vampiros

Estoy rodeada de seres extraños, huraños paseantes continuos a los espacios reservados para temas íntimos y descubro, no sin cierto estupor, que la persona estólida de aquella maraña soy yo. Tan pronto me miran como si estuvieran a punto de saltar sobre una presa, más como vampiros que como lobos, como desaparezco y me vuelvo invisible. La extraña soy yo, la única que paga las copas con billetes sin enroscar.

A pesar de todo la música es cojonuda, necesito indultar esta sensación que tengo en el estómago y me paso un buen rato bailando sin parar, espantando algún fantasma y a unos cuantos  moscones. El calor humano y la humedad etílica de aquel sótano hacen de la situación algo etéreo y volátil. Los demás flotan en una especie de orgía alucinógena mientras que yo simplemente me dejo llevar por los graves martilleándome el estómago como coces de caballos salvajes. Sensación liberadora donde las haya.


Después de tres horas, tiempo suficiente, al salir de aquel antro un tipo engominado y con aura de escalofrío casi me tira al suelo, me mira con cara de depredador durante unos segundos y se marcha detrás de un policía con cara de geiperman. Se dirigen al tumulto del kiosco. Discretamente me acerco, observo y me voy tarareando una alegre canción. A veces la justicia cabal no llega sola, hay que buscarla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario