INTROITO
1
estólido, da.
(Del lat. stolĭdus).
Bárbara o Bolseras y vampiros
Estoy rodeada de
seres extraños, huraños paseantes continuos a los espacios reservados para
temas íntimos y descubro, no sin cierto estupor, que la persona estólida de
aquella maraña soy yo. Tan pronto me miran como si estuvieran a punto de saltar
sobre una presa, más como vampiros que como lobos, como desaparezco y me vuelvo
invisible. La extraña soy yo, la única que paga las copas con billetes sin
enroscar.
A pesar de todo
la música es cojonuda, necesito indultar esta sensación que tengo en el
estómago y me paso un buen rato bailando sin parar, espantando algún fantasma y
a unos cuantos moscones. El calor humano
y la humedad etílica de aquel sótano hacen de la situación algo etéreo y
volátil. Los demás flotan en una especie de orgía alucinógena mientras que yo
simplemente me dejo llevar por los graves martilleándome el estómago como coces
de caballos salvajes. Sensación liberadora donde las haya.
Después de tres
horas, tiempo suficiente, al salir de aquel antro un tipo engominado y con aura
de escalofrío casi me tira al suelo, me mira con cara de depredador durante
unos segundos y se marcha detrás de un policía con cara de geiperman. Se dirigen
al tumulto del kiosco. Discretamente me acerco, observo y me voy tarareando una
alegre canción. A veces la justicia cabal no llega sola, hay que buscarla.
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