jueves, 28 de junio de 2012

La caseta de Tob

La historia que os voy a relatar ocurrió en un instante, el aguacero había inundado la caseta del perro, la abuela salió decidida a salvarlo pero un rayo cayó en ese mismo instante en el poste de la luz en el que estaba clavado el buzón, haciendo que este se abriera y derramara sobre la improvisada piscina su contenido. Todos quedaron estupefactos al ver un catálogo de productos eróticos flotando y atónitos al ver a la abuela saltar sobre él, no obstante, siempre fue la deportista de la familia, a veces se le olvidaba lo del respirador artificial. Al saltar arrancó la manguera de oxígeno que coleteó peligrosamente procurando un fuerte latigazo en las nalgas a la tía monja provocando el más horrible de los juramentos. Esto hizo que su jefe se cabreara y lanzara un nuevo rayo sobre la casa. La pobre religiosa quedo chamuscada en el acto, parecía de cartón piedra. Gracias a sus rápidos reflejos, el señor de los helados, lanzó a la tía monja sobre la abuela a modo de flotador pero esta ya no respiraba.
Era el día libre de Toby, había ido a ver a su novia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario