Siempre soñé con viajar al oeste, abrazar la cultura del pelo sucio y compartir fluidos con una hermosa negra caribeña. Seguro que fumando buena hierba se me oscurecería la piel y mis dudas existenciales y mis prejuicios de burgués desaparecerían en el humo. Me imaginaba un mar lleno de peces con ansia de volar y esa montaña azul llena de imaginación y acordes de guitarra con olor a café. Claro que, una cosa es lo que nos gustaría ser y otra, lo que somos. Personalmente alcancé el más alto puesto que hubiera podido imaginar pero aquí, sentado en mi solio, los peces de este mar, no quieren volar.
lunes, 18 de junio de 2012
Sueños son.
Siempre soñé con viajar al oeste, abrazar la cultura del pelo sucio y compartir fluidos con una hermosa negra caribeña. Seguro que fumando buena hierba se me oscurecería la piel y mis dudas existenciales y mis prejuicios de burgués desaparecerían en el humo. Me imaginaba un mar lleno de peces con ansia de volar y esa montaña azul llena de imaginación y acordes de guitarra con olor a café. Claro que, una cosa es lo que nos gustaría ser y otra, lo que somos. Personalmente alcancé el más alto puesto que hubiera podido imaginar pero aquí, sentado en mi solio, los peces de este mar, no quieren volar.
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